domingo, 9 de noviembre de 2008

Actores de cine

Forbes ha publicado una lista con los 22 actores más rentables de la industria cinematográfica, es decir, los que suponen una mejor inversión, con independencia de lo que se pague.
El caso más llamativo es el de Matt Damon, que en este momento es la mejor inversión en hollywood, ya que por cada dólar que cobró por hacer sus últimas tres películas, aportó un ingreso bruto de 29 dólares, tanto por taquilla como por venta y alquiler de dvd en eeuu, después de haber descontado el presupuesto de la cinta. Matt Damon la encabeza, ya que por cada dólar que cobró por sus últimas tres películas, aportó un ingreso bruto de 29 dólares entre taquillas e ingresos por ventas y alquiler de sus DVDs.
El segundo lugar de la lista lo ocupa Brad Pitt, con un ingreso bruto de 24 dólares por cada uno que cobró.Vince Vaughn ocupa el tercer puesto de la lista general, con 21 dólares aportados por cada dolar invertido
.Johnny Depp, el actor fetiche de Tim Burton y pirata más irreverente del Caribe también registra 21 dólares aportados.
Tom Hanks, más allá de sus inversiones y caché, renta a la maquinaria hollywodiense 12 dólares brutos.
La rentabilidad de Leonardo Di Caprio alcanza los 11 dólares.
El omnipresente Tom Cruise también genera unos beneficios de 11 dólares a sus productores.
El oscarizado Denzel Washington aporta a las cuentas de beneficios de Hollywood 10 dólares por cada uno que cobra.
Will Smith, el mítico Príncipe de Bel-Air que ya es famoso por sus megasalarios, aporta 10 dólares por cada uno que cobra.
En la cola de la lista se encuentran Russell Crowe, cuyas tres últimas tres películas (Un buen año, Cinderella Man y Master and Commander) aportaron una facturación media de 5 dólares por cada dólar pagado al actor.

Los vestido en el cine

Los mejores vestidos en la historia del Cine son…
Ahora te traemos este video con un reportaje sobre los mejores vestidos de la historia en donde el vestido que luce Keira Knightley en “Expiación: más allá de la pasión” se ha llevado el primer lugar y ha sido elegido el mejor vestido en la historia del cine, según una encuesta llevaba a cabo por una publicación estadounidense.

1.- Keira Knightley en la película Atonement
2.- Marilyn Monroe en La tentación vive arriba
3.- Audrey Hepburn en Desayuno con diamantes
4.- Olivia Newton-John en Grease
5.- Kate Winslet, en Titanic
6.- Diane Keaton en Annie Hall
7.- Nicole Kidman en Moulin Rouge
8.- Liza Minnelli en Cabaret
9.- Cate Blanchett en Elizabeth: La Edad de Oro
10.- Vivien Leigh en Lo que el viento se llevó

www.mundoextra.com/videos/los-mejores-vestidos-en-la-historia-del-cine-son/

La historia del cine

El cinematógrafo, el invento de los Lumière, tenía como antecedente el kinetoscopio de Thomas Edison. Ellos consiguieron fabricar una cámara más portátil y funcional a partir de aquel artefacto, que registraba imágenes en movimiento, aunque no era capaz de reproducirlas. Aunque los hermanos Lumière nunca tuvieron excesiva confianza en las posibilidades técnicas y artísticas del nuevo invento, poco a poco estas proyecciones van atrayendo a un número de espectadores cada vez mayor. Las primeras películas combinaban indistintamente dos tendencias cinematográficas que pronto se escindirían: el cine documental y el cine de ficción. Por un lado exhibían escenas de la vida cotidiana, filmadas en exteriores: trabajadores saliendo de las fábricas, trenes, transeúntes… y, por otro, representaciones escenificadas grabadas en interiores. Algunas de estas cintas a las que nos referimos son las famosas Salida de la fábrica (1895) o La llegada del tren a la estación (1895)
Pronto, el particular invento fue distribuido por todo el mundo, bien a través de la compra de la patente, o bien mediante la copia del artilugio. Diferentes inventores alemanes, norteamericanos e ingleses copiaron y mejoraron el cinematógrafo, y puede decirse que a finales del siglo XIX un amplio número de personas en Europa y en Estados Unidos habían visto algún tipo de imágenes en movimiento. Por ejemplo, en el caso de la India, el cinematógrafo llegó solamente un año después de que lo inventaran los hermanos franceses.
Una vez comprobado su potencial económico, el cine se convirtió pronto en un espectáculo de feria, barato y popular, despreciado por los intelectuales, muy alejado de la categoría de Arte bajo la que hoy se le considera. Poco a poco el cine comenzó a dejarse de ver como un espectáculo de feria y ciertos intelectuales ya lo empezaban a reivindicar como un Arte. A partir de 1910 comienzan a producirse en Europa películas de mayor duración y más calidad. En Francia se adaptaron obras de Victor Hugo o Emile Zola, mientras que en Italia se consolidaba una forma de hacer cine que influirá en todo el mundo. Mientras, en Estados Unidos empiezan a fundarse los primeros estudios cinematográficos
En la Exposición Universal de 1900 el aparato causó una gran sensación, lo que supone el impulso definitivo para su expansión. En Estados Unidos se eliminó la marca Lumière del cinematógrafo, tras un forzado conflicto legal, lo que marcó la desligazón del cine europeo y anglosajón. Por su parte, sería la firma de Charles Pathé la que extendería el cinematógrafo a Berlín, Londres, Roma, Moscú… Antes de la Primera Guerra Mundial, el cine francés se había adueñado del mundo. En 1913 la firma Pathé equipaba el 95% de las salas de Bélgica, El 60% de Rusia y el 50% de Alemania. Incluso durante esta época, el cine americano, pese a su producción autóctona continuaba importando filmes franceses. A partir de la Primera Guerra Mundial, el testigo del mayor productor de cine pasaría a manos anglosajonas.
Pronto se vio que la capacidad de conexión con el público que poseía el cine implicaba excelentes expectativas económicas. Aunque hoy hablemos del cine europeo como un cine de autor y de un cine norteamericano centrado en los aspectos comerciales, lo cierto es que a ambos lados del Atlántico pronto se enfocó el cine como un negocio. El cine nació con una pronta vocación industrial, que se concretó rápidamente en la creación de diferentes empresas con la intención de rentabilizarlo, es decir, las productoras. Esta visión del cine como un producto rentable contribuyó a la realización de cada vez mejores películas, haciendo avanzar el lenguaje cinematográfico, ya que el público demandaba mejores historias. Todo ello animaba a las empresas a invertir en esta industria.
Algunas de las películas rodadas durante estas tres primeras décadas han pasado a la historia del cine, convirtiéndose en clásicos y marcando inexorablemente la evolución posterior del lenguaje cinematográfico. El nacimiento de una nación (1915) o Intolerancia (1916), convierten a su autor, David W. Griffith (1915), en uno de los padres del lenguaje cinematográfico, quién concreto en estas dos películas todas las aportaciones hechas en el cine hasta entonces. De la misma manera pasarían a la historia Frizt Lang, Sergei M. Eisenstein, Cecil B. DeMille, Charles Chaplin, Friedrich W. Murnau, Vertov, Jean Epstein, etc
Paulatinamente el cine se iba desarrollando a lo largo de todo el mundo pero no homogéneamente, de manera universal, sino que el cine se impregnó de los valores culturales de cada país. Desde un primer momento se detectaron aspectos y formas de lenguaje en cada país que remitían a una manera de entender la producción distinta, que constituyeron distintas identidades cinematográficas a lo largo del mundo.
A un lado del Atlántico se sitúa la poderosa industria de Hollywood, que desde un principio se conforma entorno a unas pocas sociedades que concentrarán la producción, distribución y exhibición de las películas con el fin de conseguir rentabilizar. Por su parte, las vanguardias europeas (francesa, alemana y soviética, principalmente) se caracterizaron durante los años 20 por su experimentación formal con el lenguaje cinematográfico y reivindicando para el cine el estatus de arte. A pesar de que el cine caminaba con paso firme en todos los países, ya durante los años 20 la producción de Estados unidos comienza a destacar sobre la del resto de cinematografías mundiales, incluida la francesa. En 1920 Estados Unidos produjo 796 largometrajes, frente a los 646 producidos por Alemania o a los 65 en Francia. En este año cerca del 80% de las películas proyectadas en Europa fueron estadounidenses. Hollywood arrancaba como sede mundial de la industria cinematográfica.